a expolitoxicómanos convictos
La Misión BS, E. Morricone       
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domingo, 17 de agosto de 2014

El drama de la Libertad

 
Al hablar del Génesis vimos cómo tenemos la libertad fundamental del Hombre (varón y mujer) y cómo aparece la libertad de opción. Sin la primera no existiría la segunda.

La libertad es otra de las dimensiones del ser humano por el hecho de ser racionales: seres personas y por tanto, autoconscientes. La filosofía clásica habla de lo personal como racional y de lo impersonal como irracional (sean animales, minerales, el Cosmos). Aunque todo sea expresión del mismo Logos, de la misma Razón, del mismo Amor.

El Ser y las Relaciones están íntimamente unidos: la misma naturaleza del Ser es relacional. De igual manera la Razón y la Libertad: ser libre es constitutivo de la Razón.

La libertad fundamental es ejercer el Amor-Razón libremente (el Amor, la Verdad, la Vida, la Bondad, la Belleza). La libertad de opción se da cuando la Ciencia del mal, del no-Amor, de la no-relación (relación sólo con uno mismo), está presente.
Lo malo es no-Amor, no-Verdad, no-Vida, no-Bondad, no-Belleza, no-Relación. Es decir, odio, mentira, muerte, maldad, fealdad, soledad no buscada.

El mal es ausencia de libertad fundamental, mutilación del Ser, Naturaleza dañada o caída. Elegir el mal es dejar de ser libre. Cuál es pues la naturaleza del mal?

Al elegir el Amor, estamos eligiendo nuestra Naturaleza y a Dios: estamos eligiendo a algo/alguien que existe, que Es.
Sin embargo, al elegir el mal, estamos optando por ir en contra de la Naturaleza, de Dios, de nuestro Ser. El mal no tiene existencia como tal. El demonio no es la encarnación del mal (entre otras cosas porque no es de carne): solamente ejerce el mal, el odio, el ser mutilado.

El mal no es optar por algo que existe sino optar por ir en contra de lo que existe (la Creación y su Autor). Es como ir en contra de un padre atacando a sus hijos, cuando son los propios hijos los que se atacan entre ellos y contra el patrimonio que van a heredar.

Tal es así que el ser de un demonio, por el hecho de seguir siendo, sigue siendo bueno. El mal es el daño, la mutilación de sus relaciones. Y vivir así solo es para atentar contra el resto de lo creado, incluidos los hombres.

El mal no ha sido creado. El mal aparece cuando lo creado se vuelve en contra de sí mismo por pretender dejar de depender del Creador, de la Naturaleza. La libertad que muchos nos venden o que el demonio nos promete es falsa.

No existe, por tanto, una "fuerza del mal" al mismo nivel de otra "fuerza del bien". El bien o la verdad no tiene "fuerza", tiene vida, tiene existencia. En todo caso, lo que debería tener fuerza es el mal para intentar aniquilar la vida y el ser de lo que existe. Ni una fuerza infinitamente titánica es capaz de devolver a la nada lo que es.

O sea, la Vida son las Relaciones y éstas nos hacen libres; y si la Verdad nos hace libres, la Verdad son las Relaciones. El Amor es ejercer las Relaciones, no una verdad.
O lo que es lo mismo, la muerte no es dejar de existir sino dejar de relacionarse con la Realidad.
No podemos estar muertos en vida. Hay vida antes de la muerte. La Vida la dan las Relaciones, no la Verdad, en orden a la naturaleza.

La Realidad no es una dualidad bien-mal. Eso se lo dejamos a la literatura fantástica.

Como dice el título del libro de Rüdiger Safranski, "El mal o el drama de la libertad", estando el mal como opción, la libertad es el gran drama para el Hombre y el drama del devenir histórico de la Humanidad.

Vuelve hacia atrás por el blog y relee lo dicho sobre el yo falso. Verás a la luz de esta post lo que es ir a la contra de uno mismo y lo atractivo que puede ser optar por la Ciencia del mal.

Y recuerda lo dicho sobre el final del yo falso: no vamos en su contra sino a favor del Corazón. Simplemente así, se esfuma él solito. Lo que existe es el Corazón, la Naturaleza. El esfumarse del yo falso indica su no-entidad.
 

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